miércoles, 20 de enero de 2010

Lamentable ruptura, milagro para vivir



Tras semanas de rutina vaga, desapareció. No era ni él ni yo, ni nosotros ni ninguno. Esto olía a muerte, a asesinato tal vez, del largo tiempo pasado.

Empecé a darme cuenta unas semanas atrás cuando tuvo que irse por trabajo un fin de semana. Por fin, pensé, pero al rato me había suicidado emocionalmente. No tenía nada ni nadie con lo que pasar el rato, me había estado encerrando durante meses con él en cuanto podía, dejamos de ver a nuestros amigos, nuestras familias, etc. Tal vez alguna llamada, alguna conversación sin peso por internet, pero igualándolo al valor social... absolutamente nada.

En ese momento se encendió en mí un ansia, un objetivo... resucitar, ser la persona que era, recuperar esa alegría que había perdido, dejar la obsesión en un cajón que tenía por él, abandonar la sonrisa que me salía cuando le veía y la tristeza que me aprisionaba momentos después. Ser yo misma, no depender de nadie. Pero todo ello huía en cuanto él aparecía por la puerta.

Me sentía lamentable, temía quedarme sin nada que decir o que hacer porque comenzaba a pensar, y solo reflexionaba sobre una cosa, la única posible: cómo mi vida perecía por nuestras almas enganchadas a la rutina insípida.

Todo seguía igual, es decir, todo iba en picado, todo, hasta hace dos días. Empezó a tener mis mismas ideas, pudo decirse que abrió los ojos, se destaponó los oídos y volvió a sentir su alrededor. Pero hubo una diferencia, tuvo los cojones de decirlo.

Ayer me encontraba sola, en casa de mi madre, llorando y dando pena a todo ser viviente. Era asqueroso.

Hoy, una amiga respondió a mi llamada, mi mejor amiga, o ex mejor dicho, porque me distancié por culpa de lo ya dicho. Fue el mejor regalo de los últimos tiempos, me hizo olvidar todo, me dio confianza y tranquilidad, me recordó que todos podemos fallar y pareció como aquellas tardes de parque, bocadillo y porro del que tanto nos gustaba disfrutar hace años.

Y mañana, me daré cuenta que no le echo de menos, sino alguien que me besara, que me acariciara, alguien con quien estar en una cama y me diera calor, pero no le echaré de menos a él, sino a una silueta masculina. Mañana me daré cuenta que tu pareja se puede ir al carajo en cualquier momento, pero siempre quedarán esas personas que te rodeaban, las que te daban de verdad vida.

"Tener amigos es agradable, pero cuando uno se convierte en tu novio, la cosa se jode".

Todo irá bien, soy el dueño de mis pasos y ahora veo por donde piso.




2 comentarios:

Mario dijo...

"suicidado emocionalmente". Qué frase... Y que manera de morir.
Claro que lo que viene después me ha gustado lo suficiente como para subrayarlo casi entero.

Es bueno ser dueño de algo... de los pasos que damos, unas veces... de las palabras pronunciadas... de los silencios...

Enhorabuena.

Anónimo dijo...

Todo irá bien, y yo quiero oirme decirlo alguna vez. Mañana (quizá). Aunque eso que dicen de que nunca es tarde es mentira, ¿verdad?

Me siguen gustando tus historias (aunque sean con personajes falsos e historias fantasma... y es que me ha encantado ese nuevo apartado que has hecho con letra naranja)

;)